La visión de Mike Flanagan de la Religión – Series Ateas
Durante una cuarentena personal, no por causa del virus monárquico que anda por allí, sino por una bacteria que viajaba en una hamburguesa de lentejas que ingerí y me arrepiento de ello, me dejó varios días de incapacidad en la cual tenía tiempo, pero no el mayormente productivo, así que decidí darles espacio a las series para maratonear y pues… para eso, decidí pagar el Netflix que desde hace varios meses me había hecho el desentendido.
Todo esto para ver la famosísima serie “El Juego del Calamar”, la cual no digo que sea mala, al contrario, me gustó, dejó interrogantes sobre el capitalismo salvaje y la equidad social, interrogantes que ya se habían tocado en películas como “Oldboy” o “Parasite”, pero creo que de esto hablaré en otra ocasión.
Al terminar de ver la serie y quedar con ese vació de consumo digital que el TikTok no satisface en muchas ocasiones, decidí darle la oportunidad a una serie de terror, que muy amablemente y sin interés alguno el maravilloso algoritmo de Netflix me recomendó, la serie en esta ocasión fue “La Maldición de Hill House”
La premisa de esta serie habla sobre un evento que trastornó a toda una familia de 7 integrantes, los padres y 5 hijos, la razón de esa fertilidad ambiciosa dentro de esa familia se debe a que está ambientada en los años 80´s, haciendo transiciones a las versiones adultas de estos niños en la actualidad (actualidad sin covid debo aclarar, la serie es como del 2018) donde recuerdan esa noche, noche en la que su madre fallece dentro de dicha casa con razones misteriosas que capítulo a capítulo se van resolviendo.
En cada capítulo se va desarrollando cada personaje, la atención se va enfocando en uno de uno de los miembros de la familia para entender sus traumas, pero mientras en los flashbacks de los 80´s se reviven los recuerdos de cuando eran infantes, en la actualidad luchan contra un nuevo acontecimiento el cual deben afrontar el duelo y cada capítulo, no solo es un personaje sino un paso de ese duelo, antes y después… todo relacionado con la casa donde vivieron en la infancia.
Al terminar de ver la serie, tuve pesadillas donde el miedo a perder un ser querido era el constante, muchas veces no tenemos conciencia de los sueños que tenemos, pero la serie desarrolló más reflexiones sobre la vida que simplemente temerle a la muerte.
Una serie muy entretenida, un drama familiar con envoltura de serie de terror, te da unos buenos sustos, aunque te plantea más reflexiones que temores. La disfruté mucho y por esa razón decidí revisar el historial del director de otros de sus productos.
La siguiente recomendación de ese tan amable y tan querido algoritmo fue “La Maldición de Bly Manor”, al revisar la filmografía del director también noté que fue showrunner de la anterior y con el dulce sabor de boca que dejó la primera serie, decidí darle la oportunidad a esta.
La premisa de esta serie plantea una historia situada a finales de los 80´s y principios de los 90´s donde una niñera busca trabajo y la contratan en la mansión Bly, donde debe atender a dos niños que a simple vista son encantadores pero que esconden un oscuro secreto que acompaña la casa y quienes viven allí, a su vez ella debe lidiar con el fantasma de su pasado donde la persigue la culpa por un amor no correspondido.
Sobre “La Maldición de Bly Manor” vi similitud por el tema de la casa embrujada, era otro drama pero esta vez el envoltorio era diferente, no era una película de terror sino más bien una novela gótica, otro drama donde el amor es el protagonista pero que debe atravesar un laberinto de misterios, no da los mismos sustos que la anterior pero te deja aún más atrapado en la historia misma, los últimos capítulos donde se desenvuelve el misterio es un deleite visual y juegan con la historia para contar una explicación la cual, como papel de espectador, uno queda como el meme del capitán America: “entendí la referencia”.
Ahora ¿Qué tiene que ver todo esto con el ateísmo? Pues en esta serie tocan algo que hace parte de la explicación de la trama, la cual fue un muy buen detalle y tiene que ver con unos pasajes de la biblia en particular, los pasajes son Mateo 8:28-34, Marcos 5:1-20 y Lucas 8:26-39, los cuales hablan de la expulsión de los demonios quienes le piden permiso a Jesus para poder adueñarse de los cerdos que estaban cerca de donde estaban, este pasaje es cuestionado por uno de los niños protagonistas y es clave para el desarrollo de la serie en sí, un detalle de fina coquetería que hizo que esta serie me gustara más que la serie anterior.
Al terminar de ver la serie no me dieron las pesadillas anteriores, pero si me dejó cuestionamientos sobre el amor, sobre la vida que vivimos y quienes permitimos entrar en nuestras vidas.
Sin embargo, si debo darle gracias al algoritmo por algo, definitivamente es por la última serie de este director, una serie llamada “Misa de Medianoche”, para mí concepto personal la mejor de las tres, la menos reflexiva frente a los problemas de la vida, pero definitivamente con un desarrollo mucho más amplio que las anteriores y con planteamientos que definitivamente los espectadores debemos preguntarlos ¿Quién da más miedo? Un fantasma, un monstruo o los mismos seres humanos.
“Misa de Media noche” nos cuenta la historia de un hijo pródigo que vuelve a casa después de estar cuatro años en la cárcel por conducir ebrio en medio de un accidente, esto deja como saldo el fallecimiento de una joven, al terminar su condena decide ir a la casa de sus padres los cuales viven en una isla pesquera de no más de 127 habitantes, al mismo tiempo que llega este hijo prodigo, un joven sacerdote católico baja del ferry para remplazar al párroco anterior que se encuentra viejo y enfermo, incentivando todo un fervor religioso debido a los milagros que comienzan a suceder de forma extraña dentro de isla, sin embargo, desapariciones extrañas comienzan a suceder acompañando dichos milagros.
La serie, al igual que las anteriores, tiene la misma dinámica de diálogos extensos y planos secuencias que te atrapan en medio de la historia, definitivamente no es algo que veas mientras ojeas el TikTok o le das vuelta a los queridos haters del Facebook, hay que estar concentrado porque tiene demasiados detalles. El principal protagonista y a su vez antagonista es el fanatismo religioso, de cómo una sociedad prefiere aferrarse a la fe para sentirse cómodos dentro de una comunidad que te escucha y te acepta, mientras se evidencia la podredumbre que esconden los que tienen el discurso y el poder.
Uno de los personajes que más me gustó fue el sheriff, un hombre musulmán que no comparte las ideas cristianas de la mayoría de las personas de la isla que debe custodiar, pero a su vez, ve como su hijo se va alejando de las prácticas propias de su religión para irse a la de la mayoría, desvalorizando y dejando en evidencia la xenofobia y los prejuicios que han tenido antes y durante el tiempo que han estado en la isla. La escena de la escuela me parece muy acorde a la realidad actual dentro de las escuelas del mundo y hasta donde la religión debe estar separada del estado.
La historia juega con el misterio, nos invita a investigar e ir sacando nuestras conclusiones, pero a su vez justifica las acciones a través de la biblia, el personaje de Bev Keane (Samantha Sloyan) es tan bueno que lo odié, la fanática religiosa que lo único que le interesa en el fondo no es el amor al prójimo o el bien común sino ganar su propio paraíso cueste lo que cueste. Es tan detestable como un Dolores Umbridge o un Jose Apologético (guiño guiño), el uso a conveniencia de los pasajes de la biblia para justificar el odio, el rencor o incluso la desobediencia, son magistrales y definitivamente es para mí concepto el personaje mejor construido de todos los que aparecen en la serie.
Mike Flanagan como Showrunner y director de esta serie, plantea diferentes visiones de los temores más grandes del ser humano y los usa para demostrar qué hay mayores cosas a qué temer que a los fantasmas o monstruos, que son las visiones que puede tener el ser humano sobre sí mismo o sobre su entorno lo que causa terror. Desconozco la cosmovisión de este director, pero me queda claro que no tiene temor de criticar aquello que los seres humanos no somos capaces de asimilar fácilmente como la perdida, la construcción de relaciones personales o incluso nuestra fe dentro de nuestra vida.
Si tienen tiempo y quieren maratonear alguna de las series, solo les hago unas recomendaciones:
1. Véanlas desde una tableta o un celular, ya que estos poseen la opción de adelantar la velocidad a máximo 1.5X, si decides verla en tu televisor, ya sabes a qué atenerte.
2. Se necesita concentración para disfrutarla y conectar, así que no esperen ver su TikTok, debatir con algún aleluyo o contestar una llamada, véanla con maxima concentración a los detalles y verán que conectan.
Disfruten las series y si terminaron de verlas, no olviden dejar un comentario al final diciendo si les gustó, si no, si entendieron las referencias. Hablaremos de otras películas y series después.
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