«Para todos ustedes: Soy Atea» -dice Britney Spears.

Britney Spears dijo ayer en una historia de audio de Instagram que ahora se considera atea. Sin embargo, su explicación se alimenta directamente de los estereotipos defectuosos que los cristianos suelen tener sobre por qué las personas dejan de creer en Dios.

La mayoría de los ateos tienen una historia sobre por qué dejaron de creer en Dios. Tal vez algo les hizo comenzar a cuestionar su fe, pero solo dieron ese salto final después de mucho pensamiento crítico. Sin embargo, cuando le dicen a la gente que ya no creen en Dios, la suposición es que les pasó algo malo. Eso es todo. Un proceso de pensamiento lógico siempre pasa a un segundo plano para culpar a Dios por algún tipo de tragedia. Demonios, hay libros enteros escritos por apologistas cristianos sobre la teodicea, que ofrecen explicaciones de por qué Dios permite que le sucedan cosas malas a la gente buena… como si esa fuera la única razón que tiene la gente para volverse no religiosa.

Por eso la revelación de Britney Spears podría ser un arma de doble filo.

La semana pasada, su hijo menor, Jayden (15), a quien tuvo con su exesposo Kevin Federline, dijo en una entrevista que la tutela bajo la que estuvo Spears hasta noviembre pasado pudo haber durado demasiado, pero que sus abuelos no eran «mala gente.» Agregó que esperaba que se mejorara y que estaba orando por ella.

Federline dijo en otra entrevista que el padre de Spears “la salvó” con la tutela.

Spears respondió ayer con un clip de solo audio ahora eliminado en Instagram. (A continuación se muestra una versión cargada en YouTube).

Sin entrar en todo el drama, aquí está la parte que es relevante para nuestros propósitos:

Entonces, Jayden, mientras socavas mi comportamiento, como siempre lo ha hecho toda mi familia, con «espero que se mejore», «rezaré por ella»… ¿Orar por qué? ¿[Que] sigo trabajando para poder pagar los honorarios legales de mamá y su casa?

¿Quieren que me mejore para poder seguir dándole a su papá $40 mil al mes? ¿O el motivo por el que ustedes deciden ser odiosos es porque en realidad termina en dos años y no reciben nada?

…

Me entristece que ninguno de ustedes me haya valorado como persona. Me has visto, cómo ha sido mi familia conmigo, y eso es todo lo que sabes. Como dije, siento que en secreto a todos ustedes les gusta decir que algo anda mal conmigo.

Honestamente, mi papá necesita estar en la cárcel por el resto de su vida.

Pero como dije, Dios no permitiría que eso me sucediera si existiera un dios. Ya no creo en Dios por la forma en que me han tratado mis hijos y mi familia. Ya no hay nada que creer.

Soy ateo, ustedes.

Esas últimas líneas harán salivar a los apologistas cristianos.

Spears en realidad hizo declaraciones similares sobre su pérdida de fe hace más de una semana, aunque recibieron mucha menos atención porque no usó la palabra «A».

Spears es, en todos los sentidos, una persona decente que ha pasado por el infierno y ha vuelto a lo largo de los años. Pero que ella diga que ya no es creyente por lo que ha pasado, y no porque pensó seriamente en la religión y concluyó que Dios no debe existir, juega directamente con esos estereotipos arcaicos de que los ateos nacen de las tragedias, no del pensamiento. Huele a pereza intelectual. ¡Puede apostar que escucharemos muchos sermones en un futuro cercano sobre cómo Dios tiene un plan para todos, incluso para Britney Spears, sin importar cuán mal parezcan las cosas!

Eso no quiere decir que su teología sea superficial. No tengo ni idea de cómo ha sido su viaje fuera de la religión. Spears se crió como bautista del sur. Hubo un breve período con la Cabalá. Coqueteó con el hinduismo. Más recientemente, afirmó ser católica («Acabo de regresar de misa… ahora soy católica»). Pero el año pasado, antes de casarse con el modelo Sam Asghari, Spears publicó una foto de una iglesia católica en Instagram, diciendo ella quería casarse dentro de uno, pero no podía porque “dijeron que tenía que ser católica”. Luego agregó: «¿No se supone que la iglesia está abierta para todos?»

Eso no es una señal de ignorancia; mucha gente no conoce las reglas de la Iglesia Católica sobre el matrimonio. Pero la creencia general de Spears parecía ser que la fe era una virtud, que se suponía que la religión (como categoría amplia) era una fuerza para el bien y que deberíamos creer en la fe. La etiqueta no importaba tanto como la idea en sí.

En algún momento entre el año pasado y ahora, pasó de esta fe nebulosa a declararse atea.

Por mucho que me encantaría llenar esos espacios en blanco, también creo que su vida personal no es asunto de nadie más aparte de lo que ella elige compartir públicamente.